lunes, 15 de diciembre de 2008

Tras veinte años


Veinte años habían pasado, sin notar siquiera su ausencia. Su sonrisa cálida en un atardecer estrellado; el como construía castillos de arena y se atormentaba de los relámpagos. Sus tres pequeños años me habían enseñado el maravilloso mundo de ser padre y amigo. Sus tres pequeños años me defraudaron, y tras caminar vagamente por paseo ahumada, decido comprar de una vez la medicina y huir.“Universidad de chile” - dice una voz imponente. Como un narrador omnipresente que relata su vida y la mía tras un cristal opacado… Cuando bajé, en la siguiente estación, vi que había cumplido su promesa, tras veinte años de desaparecido, fueron encontrados sus cimientos a orillas del santa Lucia. Aquella maldita pantalla de estación Moneda, donde mi rostro se mostraba taciturno hace diecisiete años, mostraba el final de una atormentada lucha moral, arrebataron la vida de mi hijo. Soprole al fin podrá cobrar por su indemnización de publicidad gratuita.

No hay comentarios:

Publicar un comentario