sábado, 31 de octubre de 2009

31 de Octubre



A pesar del tiempo ya transcurrido desde el ultimo 31 de octubre, creo que hay heridas que no sanan, ni siquiera por asomo. Si, es verdad. El tiempo cura todo, menos así las palabras proferidas con odio y sin saber, dejando mentes agridulces, en conciencias nefastas de auto idolatría. ¿Pero saben? si hay algo de lo que estoy orgullosa es de haber tocado fondo, sentirse desamparada en un espacio al cual no perteneces y que tu sonrisa dependía netamente de otros. Y que bah.

Hoy, es un día diferente. Completamente diferente. Sé lo duro que es levantarse tras caída y se lo difícil que es mirar nuevamente los ojos de quien tanto esperaste compañía. Ha pasado exactamente un año, Y es hoy cuando orgullosa miro al espejo y me encuentro sonriendo, sin esperar nada de nadie, nada de nada. Esperando tras la esquina un abrazo apretado o un gesto cálido que eleve el espíritu. Tal vez un café, tal vez un buen cuento.

Al fin, el tiempo oscuro y frió que envolvía estas paredes se ha ido. Las lágrimas quedaron en vasos vacíos y se han secado con el calor del sol, tan naturalmente como llegaron, tan naturalmente como las mantuve aquí, guiando cada acto fallido. Perdiendo por consciencia a mucha gente, pero también conociendo otras tantas. Generando muchas menos lágrimas por segundo.

Y al fin la luz ronda entre nosotros, continuando el recorrido irregular, cegando con la luz de una sonrisa Y sonriendo sin decir mas nada, y esta soy yo, completamente Yo (La gatita en parada de león).

Gracias. Gracias por devolver la alegría que necesitaba. Gracias a cada acto que brindaron en silencio. Por tantos silencios, a decir verdad. Gracias a mis padres por la paciencia y malos ratos que pasaron por mi culpa, es hoy cuando los quiero y adoro mas que nada en este mundo. A mis hermanos, por cada abrazo y coscorrón. A mis amigos, por cada consejo y cariño... por tender su mano a la oscuridad sin esperar el cambio. Solo continuar siendo yo.